Pocas obras han ejercido una influencia más grande en la formación de la piedad y teología evangélica que las del puritanismo inglés, y quizá ningún autor ha gozado de una popularidad mayor que John Bunyan. La obra El Pecador de Jerusalén Redimido fue publicada en 1688, poco antes de su muerte, y como tal es fruto de toda una vida de meditación del autor sobre el tema.
“Las obras de Bunyan son dignas de ser perpetuas, pero especialmente El Pecador de Jerusalén Redimido” Charles Hodge. “El Pecador de Jerusalén Redimido refleja la predicación directa y valiente de Bunyan… presentando información poderosa sobre el pecado y la gracia y luego llamando a su audiencia a tomar un veredicto” Joel Beeke“. El Pecador de Jerusalén Redimido nos muestra lo la conmovedora y compasiva manera en que Bunyan predicó el evangelio” Pieter De Vries.
El propósito de esta obra es doble y busca responder a las preguntas: ¿Qué es el Evangelio? Y, ¿Cómo debemos predicador? Como tal esta obra sirve como una guía para el evangelismo, una lectura ideal para aquellos que están buscando comunicar de manera efectiva el mensaje del Evangelio. En segundo lugar, el libro tiene el propósito de ser leído por nuevos creyentes y cualquiera que esté luchando con sentimientos de culpa y perdón. Los creyentes podrán encontrar en sus páginas la misericordia abundante de Dios para con los pecadores.
