Simón de Cirene, los soldados romanos, los dos ladrones, María y Juan... son algunos de los personajes analizados por el autor. También aparecerán sus sentimientos, las motivaciones que les llevaron a seguir a Jesús, sus impresiones y sus palabras ante aquel ser extraordinario e inocente que se dejó prender y ejecutar por amor a la Humanidad y la salvación de su pueblo. El relato histórico se describe con exquisita delicadeza y nada tiene que ver con la morbosa crudeza de La Pasión de Cristo de Mel Gibson.
Ante la Cruz es fiel a los hechos históricos que aparecen en la Biblia; no busca la lágrima fácil sino presentar la verdad del Evangelio. Esta fidelidad no será óbice para que el autor enriquezca su exposición con sugerencias e interpretaciones del texto bíblico, trayendo sobre el mismo luminosos rayos de luz. Apoyado en una sana teología, las aplicaciones espirituales se irán sucediendo de forma natural, diáfana e incisiva sobre el lector quien se verá obligado a confrontar su propia vida ante la Cruz.
Andrés Birch recobra para la literatura evangélica el arte del relato corto, casi periodístico, sencillo, claro y directo. El intelectual, el ama de casa, el obrero, el niño o el joven disfrutarán con su lectura, aprenderán en cada una de sus páginas y se edificarán notablemente en sus reflexiones.
Recomiendo encarecidamente este libro, llamado a ser un clásico en el futuro y el primero de una gran serie de relatos evangélicos que harán las delicias del pueblo cristiano y serán de gran bendición para los que aún no se han postrado ante la Cruz.
Carlos Rodríguez Homs