La última carta de Pablo
Pablo está a punto de cerrar sus ojos, pero si pudo estar cantando a medianoche en prisión junto a Silas y si puede terminar sus días ahora con confianza, es porque Dios ha estado con él en todo tiempo y estará con él por toda la eternidad. Así mismo nosotros, seamos valientes para llevar a cabo nuestra misión, seamos valientes para cumplir nuestro ministerio, seamos valientes para llevar el Evangelio en medio de las tinieblas, pues Dios está con nosotros.
No es el poder de nuestro brazo, sino su diestra poderosa, la que siempre nos sostendrá.