Fuimos diseñados con limitaciones. Nunca fuimos creados para ser Dios. Pero la raíz de cada pecado es nuestro deseo rebelde de poseer atributos que solo le pertenecen a Dios. Llamándonos a abrazar nuestras limitaciones como medios para glorificar el poder ilimitado de Dios, Jen Wilkin nos invita a celebrar la libertad que resulta de dejar que Dios sea Dios.
“Jen nos insta a levantar nuestra mirada para meditar en Sus atributos y reconocer nuestros propios límites con humildad. Al hacerlo, nuestros corazones se llenarán de gozo y asombro ante semejante Dios, Aquel que se humilló para salvarnos y amarnos”. - Nancy DeMoss Wolgemuth, autora; directora, Aviva nuestros corazones
“Disfruté cada capítulo de Nadie como Él. Cada uno me llevó a adorar a Dios al mostrarme Su grandeza y Su Gloria, y al mismo tiempo mostrarme cuán pecadora soy. Nuestro Dios es hermoso y majestuoso, ¡no hay nadie como Él!”. - Patricia Saladín, conferencista y maestra de la Palabra
“Mi oración es que este libro te ayude a profundizar en el conocimiento del único Dios y que, si perteneces a Él, esto traiga paz y descanso a tu alma”. - Matt Chandler, pastor principal; presidente, Acts 29 (red de plantación de iglesias), coautor de Redención