Lejos de los cuentos de niños descritos en libros ilustrados y guarderías, los hombres y las mujeres que se destacan en la Biblia eran desconcertantemente reales. Desfallecieron. Batallaron. Y en ocasiones no estuvieron a la altura de las circunstancias. Sin embargo, Dios obró a través de ellos en maneras sorpresivas e increíbles para lograr los propósitos divinos. Las Escrituras no ocultan las debilidades de estos personajes, no les ridiculizan sus puntos fuertes ni les sesga favorablemente las historias como una muestra de nobleza humana. Al contrario, la Biblia describe a estos héroes de la fe con impasible sinceridad y nos entrega un final inesperado: "Dios no se averguenza de llamarse Dios de ellos" (Hebreos 11: 16).
En Doce héroes inconcebibles, el pastor y afamado escritor John MacArthur utiliza su profundo conocimiento bíblico e histórico para llevarnos a ver a estos tridimensionales hombres y mujeres en sus propios tiempos y en sus propias culturas. De este modo se pone de manifiesto cómo sus dramáticas historias se aplican hoy día a nosotros. Personas que a primera vista podrían parecer extrañas rápidamente llegan a ser conocidas e inolvidables, en especial cuando revelan al verdadero héroe detrás de cada testigo, es decir, el poder que compensa toda debilidad: "El iniciador y perfeccionador de nuestra fe" (Hebreos 12: 2).
