El indio catchiquel se enfadó mucho cuando Cam le ofreció un folleto en español. "Tiene algo en catchiquel?" le preguntó el indígena. "No tengo ninguno. Lo siento" replicó Cam. "Bueno si su Dios es tan grande. ¿Por qué no puede hablar mi propia lengua?"
En un instante clave, Cameron Townsend comprendió que Dios le había llamado a traducir la Biblia a la lengua de sus amigos guatemaltecos. Para Cam los obstáculos eran pequeños comparados con el gran galardón de ayudar a los pueblos de Guatemala. México y Perú a leer por sí mismos la palabra transformadora de Dios.