A mil metros de altitud sobre China, a Jake le tocó el turno de efectuar el salto. Deslizó la pistola, el cuchillo y algo de comida en los bolsillos de su chaquetón de piel y caminó hacia el borde de la escotilla abierta del bombardero B-25. Luego se soltó, se deslizó y cayó en la oscuridad.
Jacob DeShazer, uno de los famosos aviadores de la Incursión Doolittle, los primeros en atacar Japón después del bombardeo de Pearl Harbor, sabía que se peligrosa misión tenía pocas probabilidades de retorno. Hecho prisionero de guerra. Golpeado, mal alimentado y aislado en su celda, a Jacob le dejaron una Biblia y este soldado estadounidense encontró a Dios.
Después de la guerra, Jacob regresó a Japón y sirvió a sus antiguos enemigos treinta años como misionero. Su testimonio de perdón y reconciliación, inspira un mensaje de esperanza para el mundo actual. (1912-2008)