Los ancianos, los pacientes con VIH, los moribundos, los que estan de luto, los enfermos mentales, los deprimidos. Si usted es pastor, capellán, consejero cristiano, enfermero, médico, o trabajador social, seguramente están en contacto con estas personas. Si usted es profesor o estudiante en algunas de estas áreas del ministerio, usted sabe que tiene que estar preparado para aconsejar a las personas que confrontan estas dificultades. Con la certeza de que Dios tiene un propósito a partir del sufrimiento de las personas y de quienes las rodean, el autor examina el cuidado pastoral en relación a la teología de la cruz, ofreciendo un acercamiento práctico al ministerio del cuidado cristiano.