Una noche tranquila de invierno, cuando ya estaba durmiendo, la despertó un grito de angustia y el sonido de pasos que entraban en su cuarto. Alzó la vista y vio a sus amigos judíos, cuyos rostros reflejaban el miedo. Los alemanes están abajo--dijeron. Corrie, de un salto, salió de la cama.
Cuando los Nazis alemanes ocuparon Holanda, Corrie ten Boom arriesgó todo lo que tenia para extender una mano amorosa a sus vecinos judíos. En la pared de su cuarto construyó un escondite perfecto. Ella tuvo el coraje de mantener este lugar en secreto a pesar del gran sufrimiento que ocasionó a su familia. En la oscuridad su sacrificio, compasión y perdón fue un testimonio que hizo brillar la luz del amor de Dios sobre la maldad. Este hermoso relato de amor incondicional será un ejemplo vivo para los pequeño lectores.