El tema de la filiación divina se extiende por las páginas de la Biblia: desde Adán en el huerto del Edén, a través de la nación de Israel y el rey David, y en última instancia hasta Jesucristo en la nueva Jerusalén, el Hijo de Dios por excelencia. En este volumen, el destacado estudioso bíblico Graeme Goldsworthy expone lo que significa el cumplimiento del motivo de la filiación divina en Cristo para todos los que son hijos e hijas de Dios.