Las ceremonias nupciales que se celebran en nuestras iglesias, o bien confirman y presentan con claridad la verdad del evangelio, o bien erosionan y comprometen la verdad de la Palabra de Dios, ya sea en su contenido doctrinal o en su aplicación práctica. Hay muchas tendencias modernas en cuanto a las prácticas nupciales entre los cristianos evangélicos que no están contribuyendo a promover la función vital de la Iglesia como «columna y baluarte de la verdad» (1 Ti. 3:15). Solo una reforma completamente bíblica hará que una vez más la causa de la verdad del evangelio brille en todo su esplendor ante los ojos de los hombres.
La boda cristiana en un mundo cambiante ayuda a las iglesias, a las familias y a las parejas de novios a hacer planes para una ceremonia nupcial que verdaderamente ilustre y confirme la verdad de Dios, que confiera la máxima gloria a Dios, ¡y que produzca puro gozo en la congregación del pueblo de Dios!