Para Lutero el centro de la educación es la familia. La de las escuelas es sólo auxiliar. El padre de familia es responsable de la instrucción religiosa de sus hijos y de la servidumbre para el servicio de Dios. En lo demás, el mandamiento del orden y de la disciplina en la familia es un asunto exterior mundano.
Lutero insiste en que se remplacen las escuelas escolásticas por “escuelas cristianas”. Las escuelas en la Edad Media tenían un carácter religioso. Los alumnos participaban en los cultos e intervenían con sus cantos. La escuela de la Reforma implanta la enseñanza del catecismo y de la Biblia.