Miembro de la Iglesia Anglicana, siempre se consideró un «cristiano nada más», sin encerrarse ni encuadrarse en ninguna posición teológica concreta, para así mejor defender el terreno común del cristianismo histórico. Como tan acertadamente lo describe la periodista y escritora inglesa Joan Ostling en su bibliografía comentada de las obras de C.S. Lewis «Su mundo era un mundo de claridad formado por un compromiso de usar un razonamiento sano, adornado por un énfasis en lo inmutable y un desapego de las modas pasajeras. Creía que la razón era el órgano de la verdad, y la imaginación el vehículo para el entendimiento"
El siglo XX tuvo tal vez otros pensadores cristianos más profundos que él, otros más eruditos, pero es poco probable que haya tenido alguno tan claro. C. S. Lewis, con su claridad nos enfrenta, los problemas haciendo fácil lo difícil, y sencillo lo complejo. Evitando, la confusión y dando alternativas al problema.
Los once capítulos de este libro, van dedicados a presentar la visión lewisiana del mundo en todos sus aspectos: Del lenguaje y racionalidad, de la historia y el progreso, del hombre y sus utopías, del puritanismo y liberalismo, la felicidad, la justicia, la educación, la literatura, las artes, la ciencia, la economía, la ecología, la igualdad y democracia, pacifismo, postmodernismo, ética, política y religión. Y demuestra como el cristianismo era la perspectiva desde la que Lewis ve todo lo demás; y la fe, presente en todas las facetas de su pensamiento, la lente mediante la cual mira los otros objetos.
En sus páginas vemos a C. S. Lewis moviéndose entre progresismo y crítica de la civilización, entre protestantismo y catolicismo, liberalismo y fundamentalismo, entre razón e imaginación, entre alta cultura y democracia de masas, siempre en la moderación, pero a su vez, situándose más allá de la mera sensatez, nunca buscando un mero término medio, sino el máximo bien del hombre para la suprema gloria de Dios. Su visión de la Iglesia, como una gran mansión repleta de habitaciones, es en buen ejemplo de su manera de ver las cosas: «Cuando hayas escogido tu propia habitación, se amable con quienes han escogido diferentes puertas y con quienes aún permanecen en el salón de espera. Si se han equivocado, necesitan tus oraciones mucho más; si son enemigos tuyos, tienes órdenes de orar por ellos. Esta es una de las reglas comunes de la casa».
Un libro muy necesario en la Iglesia de hoy, que aporta una visión refrescante acerca de cómo entender el mundo y vivir la fe de manera equilibrada, bajo principios bíblicos, pero más allá de lo que unos y otros han etiquetado y enmarcado en los límites de lo sensato. Los estudiantes y profesores cristianos, se deleitarán con su lectura; los pastores encontrarán en él abundante material para actualizar sus sermones a las necesidades de la sociedad contemporánea; y todo cristiano que lo lea, descubrirá una nueva manera de entender y practicar el cristianismo... más allá de la sensatez.